BICENTENARIO CON IDENTIDAD
NACIONAL
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| Por: Francisco Castillo Gomero |
DEFINIDA Y FORTALECIDA
Estamos a escasos 10 años para que se cumplan los 200 años de nuestra Independencia Nacional (Bicentenario) y no se vislumbra, por el momento, ningún plan o proyecto celebratorio, integral, multisectorial y con la participación de la nacionalidad entera.
Con la ejecución de Mistura 2011, se ve una consolidación efectiva de nuestra gastronomía, como producto de un largo proceso de fusión cultural y las bondades de nuestros productos nacionales. No dudamos que esta riqueza cultural servirá como uno de los elementos constitutivos en la gran tarea de definir y fortalecer a nuestra alicaída, indefinida y desconocida Identidad Nacional.
Pero, mientras otros ponen la mirada mas allá de nuestras fronteras, para difundir nuestra gastronomía a nivel mundial, con fines comerciales o turísticos, los cuales no le vienen a mal, a nuestra creciente economía, no faltan los más entusiastas que proponen solicitar a la UNESCO para que declare a nuestra gastronomía como patrimonio cultural de la humanidad. Asimismo Apega y La Municipalidad de Lima acaban de suscribir un convenio de cooperación para convertir a Lima en la capital gastronómica de América al 2021, año del bicentenario nuestra independencia. Buenos acuerdos y deseos para que nuestra cultura culinaria ocupe el lugar que le corresponde.
Esto nos indica que, dentro de diez años, sumaríamos un segundo titulo a nivel continental, porque el primero es el Cusco, reconocido como Capital arqueológica de America; 2 grandes soportes para ir definiendo nuestra Identidad nacional. Pero, tenemos otros soportes mas, que tanto la UNESCO, El Ministerio de Educación ( INC) y ahora el Ministerio de la Cultura, han incorporado o declarado como patrimonios culturales e inmateriales, desde 1986, a 91 riquezas o valores culturales de nuestro país, entre los cuales se encuentran la marinera, el pisco y muchas danzas y canciones nacionales. Es oportuno reconocer los recientes títulos mundiales obtenidos como Kina Malpartida, Daisy Cori, Sofía Mulanovich, entre otras estrellas de nuestro deporte nacional.
De todas estas maravillas culturales y valores humanos, ¿que tanto se conoce y /o se practica a nivel nacional?; ¿de qué manera se están utilizando estos íconos culturales para crear una conciencia nacional, tan necesaria en estos momentos, para el logro de cualquier proyecto peruano?
Mientras nos proyectamos al 2021 para lograr ser la capital gastronomita de América, ¿de qué manera nos estamos preparando para celebrar el Bicentenario de nuestra Independencia nacional y, para decir con mucho orgullo, que somos el país con menos corrupción, menos delincuencia y menos narcotráfico en América?
En 1985, cuando el Dr. Alan García asumía el mando de la republica, José Mattos Mar decía: “Identidad nacional significa fusión armónica de los múltiples legados culturales que entran en la composición de nuestra historia y, sobre todo, la respetuosa recuperación del legado autóctono conservado tenazmente por nuestros campesinos. Solo asumiendo esta perspectiva, por encima de las diferencias y contradicciones que la coyuntura pareciera tratar de resaltar, podemos crear una nación, verdaderamente solidaria que pueda enfrentar con perspectivas de victoria la enormidad de la crisis en que nos debatimos”.Con esto cifraba sus esperanzas en un Perú mejor. Pero El Dr. Garcia y los siguientes gobernantes, no hicieron nada por fortalecer Nuestra Identidad Nacional.
Asimismo, otro intelectual opinaba: “identidad nacional... de una manera u otra, la dificultad que significa tratar de encontrar criterios que permitan saber si puede hablarse o no con fundamento de la existencia de una identidad en nuestro país. De manera general puede decirse que, ... esta identidad no existe pero hay síntomas que permiten pensar que se esta forjando un nuevo tipo de realidad cultural, social y económica que, en el futuro, habrá de llevar a la constitución de una identidad definida.” .
David Sobrevilla sostenía que la identidad nacional peruana es muy frágil, y que ha estado y esta amenazada por la frustración y el fracaso. El Mismo nos recordaba que Basadre sostenía que la republica peruana se había fundado debido a la promesa de la vida peruana. Lamentablemente el otro polo de esta promesa ha sido su frustración.
Por su parte, el Dr. Francisco Miro Quesada Cantuarias decía “Pero al hablar de identidad hay que tener cuidado, porque se trata de una palabra ambigua que se emplea de diversas maneras. Creemos que tres son sus sentidos principales. En un primer sentido “identidad” se refiere a identificación. Todas las cosas tienen rasgos que permiten reconocerlas y diferenciarlas de las cosas restantes; y, en este sentido, tienen identidad. En un segundo sentido, cuando “identidad” se refiere a una sociedad determinada, por ejemplo, la peruana, quiere decir que todos o, por lo menos una gran mayoría de los miembros de dicha sociedad, tienen ciertos rasgos comunes y que tienen conciencia de tenerlos. En un tercer sentido identidad significa mas bien un ideal, se refiere a los rasgos comunes no que tienen los miembros de una sociedad sino a los que nosotros quisiéramos que tuvieran.
Cuando algunos, sociólogos, politólogos, historiadores, ideólogos, hablan de identidad nacional y sostienen que ella no existe en el Perú, lo que quieren decir es que el Perú no es como debería ser. No distinguir entra esta identidad ideal y la identidad real de nuestro país es fuente de muchas confusiones y de no pocos errores cuando se trata de juzgar lo que realmente somos y lo que podemos ser.
Si empleamos “identidad nacional” en el primer sentido no cabe la menor duda de que la tenemos. El Perú, en efecto, es un país perfectamente identificable. Identificable por su posición demográfica, por su historia, por sus problemas, por su no integración social y cultural, por la pobreza de sus mayorías y por el carácter de su Estado y de su sistema legal.”
Hace mas de 26 años se pensaba así, algunos decían que la Identidad Nacional era un mito, o que simplemente no existía, algunos la problematizaban y otros, optimistamente, decían que sí existe y que solo es cuestión de definirla, previo un estudios sistemático a nivel antropológico y sociológico, así como mediante una concertación nacional.
Por todas estas razones, hace 20 años pusimos en debate nuestra Identidad Nacional, en un Congreso organizado por el Instituto de Identidad Nacional, de donde se obtuvieron valiosas conclusiones que nos sirvieron de base para ir formulando un gran proyecto nacional, que nos sirviera para empezar a definir y fortalecer nuestra identidad nacional, la cual nos serviría, además, promover la integración y desarrollo armónicos de nuestro país.
Lamentablemente, los tres últimos presidentes del Perú, quienes condujeron el país populistamente, en estos últimos 26 años, no lo hicieron con una política nacionalista. Las consecuencias negativas están en los números y en una inocultable realidad nacional: una corrupción institucionalizada, una delincuencia cada vez mas mordaz, una presencia narco-terrorista, cada vez mas desequilibrantes y perjudiciales para la estabilidad nacional.
Entonces, retomando las frases de Mattos Mar, lo que proponía hace 26 años, de solucionar el problema de nuestra identidad nacional como “ un reto para el próximo quinquenio”, a lo que nosotros proponemos como un desafío para el próximo decenio; para comenzar un tercer centenario con una identidad definida y fortalecida. No nos emocionemos, con las grandezas de nuestra gastronomía, ni con las pirricas victorias de nuestro futbol nacional. Ni tampoco nos confiemos de un seguro crecimiento económico, en un ambiente de crisis mundial. Hagamos un trabajo serio, integrado, armónico y multisectorial que nos ayude a reducir o a eliminar las lacras sociales que corren las bases de nuestra democracia y el desarrollo nacional (hoy con inclusión social).BICENTENARIO: CON UNA IDENTIDAD NACIONAL DEFINIDA Y FORTALECIDA, es nuestra propuesta
Con la ejecución de Mistura 2011, se ve una consolidación efectiva de nuestra gastronomía, como producto de un largo proceso de fusión cultural y las bondades de nuestros productos nacionales. No dudamos que esta riqueza cultural servirá como uno de los elementos constitutivos en la gran tarea de definir y fortalecer a nuestra alicaída, indefinida y desconocida Identidad Nacional.
Pero, mientras otros ponen la mirada mas allá de nuestras fronteras, para difundir nuestra gastronomía a nivel mundial, con fines comerciales o turísticos, los cuales no le vienen a mal, a nuestra creciente economía, no faltan los más entusiastas que proponen solicitar a la UNESCO para que declare a nuestra gastronomía como patrimonio cultural de la humanidad. Asimismo Apega y La Municipalidad de Lima acaban de suscribir un convenio de cooperación para convertir a Lima en la capital gastronómica de América al 2021, año del bicentenario nuestra independencia. Buenos acuerdos y deseos para que nuestra cultura culinaria ocupe el lugar que le corresponde.
Esto nos indica que, dentro de diez años, sumaríamos un segundo titulo a nivel continental, porque el primero es el Cusco, reconocido como Capital arqueológica de America; 2 grandes soportes para ir definiendo nuestra Identidad nacional. Pero, tenemos otros soportes mas, que tanto la UNESCO, El Ministerio de Educación ( INC) y ahora el Ministerio de la Cultura, han incorporado o declarado como patrimonios culturales e inmateriales, desde 1986, a 91 riquezas o valores culturales de nuestro país, entre los cuales se encuentran la marinera, el pisco y muchas danzas y canciones nacionales. Es oportuno reconocer los recientes títulos mundiales obtenidos como Kina Malpartida, Daisy Cori, Sofía Mulanovich, entre otras estrellas de nuestro deporte nacional.
De todas estas maravillas culturales y valores humanos, ¿que tanto se conoce y /o se practica a nivel nacional?; ¿de qué manera se están utilizando estos íconos culturales para crear una conciencia nacional, tan necesaria en estos momentos, para el logro de cualquier proyecto peruano?
Mientras nos proyectamos al 2021 para lograr ser la capital gastronomita de América, ¿de qué manera nos estamos preparando para celebrar el Bicentenario de nuestra Independencia nacional y, para decir con mucho orgullo, que somos el país con menos corrupción, menos delincuencia y menos narcotráfico en América?
En 1985, cuando el Dr. Alan García asumía el mando de la republica, José Mattos Mar decía: “Identidad nacional significa fusión armónica de los múltiples legados culturales que entran en la composición de nuestra historia y, sobre todo, la respetuosa recuperación del legado autóctono conservado tenazmente por nuestros campesinos. Solo asumiendo esta perspectiva, por encima de las diferencias y contradicciones que la coyuntura pareciera tratar de resaltar, podemos crear una nación, verdaderamente solidaria que pueda enfrentar con perspectivas de victoria la enormidad de la crisis en que nos debatimos”.Con esto cifraba sus esperanzas en un Perú mejor. Pero El Dr. Garcia y los siguientes gobernantes, no hicieron nada por fortalecer Nuestra Identidad Nacional.
Asimismo, otro intelectual opinaba: “identidad nacional... de una manera u otra, la dificultad que significa tratar de encontrar criterios que permitan saber si puede hablarse o no con fundamento de la existencia de una identidad en nuestro país. De manera general puede decirse que, ... esta identidad no existe pero hay síntomas que permiten pensar que se esta forjando un nuevo tipo de realidad cultural, social y económica que, en el futuro, habrá de llevar a la constitución de una identidad definida.” .
David Sobrevilla sostenía que la identidad nacional peruana es muy frágil, y que ha estado y esta amenazada por la frustración y el fracaso. El Mismo nos recordaba que Basadre sostenía que la republica peruana se había fundado debido a la promesa de la vida peruana. Lamentablemente el otro polo de esta promesa ha sido su frustración.
Por su parte, el Dr. Francisco Miro Quesada Cantuarias decía “Pero al hablar de identidad hay que tener cuidado, porque se trata de una palabra ambigua que se emplea de diversas maneras. Creemos que tres son sus sentidos principales. En un primer sentido “identidad” se refiere a identificación. Todas las cosas tienen rasgos que permiten reconocerlas y diferenciarlas de las cosas restantes; y, en este sentido, tienen identidad. En un segundo sentido, cuando “identidad” se refiere a una sociedad determinada, por ejemplo, la peruana, quiere decir que todos o, por lo menos una gran mayoría de los miembros de dicha sociedad, tienen ciertos rasgos comunes y que tienen conciencia de tenerlos. En un tercer sentido identidad significa mas bien un ideal, se refiere a los rasgos comunes no que tienen los miembros de una sociedad sino a los que nosotros quisiéramos que tuvieran.
Cuando algunos, sociólogos, politólogos, historiadores, ideólogos, hablan de identidad nacional y sostienen que ella no existe en el Perú, lo que quieren decir es que el Perú no es como debería ser. No distinguir entra esta identidad ideal y la identidad real de nuestro país es fuente de muchas confusiones y de no pocos errores cuando se trata de juzgar lo que realmente somos y lo que podemos ser.
Si empleamos “identidad nacional” en el primer sentido no cabe la menor duda de que la tenemos. El Perú, en efecto, es un país perfectamente identificable. Identificable por su posición demográfica, por su historia, por sus problemas, por su no integración social y cultural, por la pobreza de sus mayorías y por el carácter de su Estado y de su sistema legal.”
Hace mas de 26 años se pensaba así, algunos decían que la Identidad Nacional era un mito, o que simplemente no existía, algunos la problematizaban y otros, optimistamente, decían que sí existe y que solo es cuestión de definirla, previo un estudios sistemático a nivel antropológico y sociológico, así como mediante una concertación nacional.
Por todas estas razones, hace 20 años pusimos en debate nuestra Identidad Nacional, en un Congreso organizado por el Instituto de Identidad Nacional, de donde se obtuvieron valiosas conclusiones que nos sirvieron de base para ir formulando un gran proyecto nacional, que nos sirviera para empezar a definir y fortalecer nuestra identidad nacional, la cual nos serviría, además, promover la integración y desarrollo armónicos de nuestro país.
Lamentablemente, los tres últimos presidentes del Perú, quienes condujeron el país populistamente, en estos últimos 26 años, no lo hicieron con una política nacionalista. Las consecuencias negativas están en los números y en una inocultable realidad nacional: una corrupción institucionalizada, una delincuencia cada vez mas mordaz, una presencia narco-terrorista, cada vez mas desequilibrantes y perjudiciales para la estabilidad nacional.
Entonces, retomando las frases de Mattos Mar, lo que proponía hace 26 años, de solucionar el problema de nuestra identidad nacional como “ un reto para el próximo quinquenio”, a lo que nosotros proponemos como un desafío para el próximo decenio; para comenzar un tercer centenario con una identidad definida y fortalecida. No nos emocionemos, con las grandezas de nuestra gastronomía, ni con las pirricas victorias de nuestro futbol nacional. Ni tampoco nos confiemos de un seguro crecimiento económico, en un ambiente de crisis mundial. Hagamos un trabajo serio, integrado, armónico y multisectorial que nos ayude a reducir o a eliminar las lacras sociales que corren las bases de nuestra democracia y el desarrollo nacional (hoy con inclusión social).BICENTENARIO: CON UNA IDENTIDAD NACIONAL DEFINIDA Y FORTALECIDA, es nuestra propuesta
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